La Oficina de Derechos Humanos Delegada desempeña un papel clave en la protección y promoción de los derechos fundamentales. Su trabajo se enfoca en garantizar la libertad de culto, prevenir actos de discriminación religiosa y velar por el respeto a la diversidad de creencias. Acompañando procesos de diálogo interreligioso, la oficina busca generar conciencia sobre la importancia de la igualdad de derechos, promoviendo acciones que refuercen la convivencia pacífica y el acceso a la justicia para todas las comunidades de fe.